«Hay mucha afición al toro, pero la gente lo que quiere es ver a las figuras»

Foto: Jordi Juárez / Mediterráneo

Alberto Ramírez es uno de los responsables de haber organizado una de las mejores ferias taurinas que se recuerdan en Castellón. Gerente de la empresa Gestión Universal de Espectáculos, es la mano derecha en la ciudad de la Casa Matilla-Erice y sobre él recae el peso de que la Magdalena vuelva a recuperar su prestigio.

–¿Es la mejor feria desde que esta empresa se hizo cargo?

-Considero que sí, sin duda alguna. Es la más rematada, la más variada y la más amplia. Cuando entramos teníamos que perder para luego ganar, es decir, hubo que reducir festejos para, poco a poco, consolidar el modelo de feria que queríamos, con el objetivo de que volvieran las figuras y crecer; y lo hemos conseguido.

–¿Significa eso que Castellón es más torerista que torista?

-Castellón siempre ha sido torerista. Otra cosa es que esta provincia sea el buque insignia de bous al carrer, aunque en las calles también se sueltan toros cerriles de las ganaderías de más prestigio, ya sean de divisas mal llamadas comerciales o de las duras. Lo que creo es que hay mucha afición al toro, pero la gente quiere ver a las figuras y así lo demuestran las entradas de esos días.

–En esta feria hay un guiño torista con la corrida de Adolfo Martín, como lo hubo en la última edición con los victorinos.

-Hay que dar un aliciente para todos los gustos y ese tipo de corridas tienen su público.

–Victorino llenaba…

-También es verdad que en esas corridas se anunciaban toreros de mucho tirón. Quizá hayamos pasado una época en la que los toreros mal llamados especialistas en este tipo de corridas no tenían el tirón que en su momento disfrutaron Esplá, Caballero, Óscar Higares, Pepín Liria, El Tato…

–¿Costó ganarse la confianza de las figuras?

-Cuando entramos, nos sentamos con todas las figuras para explicarles cuál era nuestro plan a largo plazo y había que garantizarles que el objetivo era dar una feria atractiva. Es que, con todo mi respeto y cariño, Castellón se convirtió en una feria del sur de Francia, de ámbito torista al cien por cien. Los toreros no entendían qué había pasado en una plaza como esta.

–La feria ha dado un cambio.

-La disposición de las figuras para estar en Castellón ha sido total. De hecho, están todas. Tener carteles rematados hace que cada vez acuda más gente de fuera a disfrutar de Castellón.

–Rematar tanto los carteles tiene un contrapunto: hay pocas oportunidades para los emergentes.

-Pero es que las figuras quieren ir con carteles rematados, sobre todo si son ferias cortas. Si la Magdalena tuviera diez corridas de toros podríamos abrir mucho más a los grandes y entonces se abriría el abanico a otros toreros.

–¿Con Castellón queda saciada su implicación en este sector?

-Sí. Desde el primer momento dije que mi situación tenía fecha de caducidad. Afortunadamente, tengo una vida normal con mi trabajo y mi familia, y estar en la plaza de toros es algo puntual. No me despierta interés continuar en otras plazas. Aquí impera el corazón y no la razón.

–¿Tiene esta empresa pretensiones de seguir mucho tiempo?

-Hasta que la propiedad quiera nosotros estaremos aquí. Tenemos ganas de seguir y alargar este proyecto. Cuando termina una feria te das cuenta de lo que hay que mejorar para que la siguiente sea mejor. Eso significa que tenemos interés en seguir adelante y consolidar un proyecto.

–Usted que es licenciado en Económicas sabrá que los números son importantes en los toros. Se genera mucho dinero y se reinvierte poco.

-Lamentablemente es así. Si comprobamos los Presupuestos Generales del Estado vemos que hay una partida de solo 65.000 euros, que es ridículo para el segundo espectáculo que más dinero genera después del fútbol. Si analizamos la repercusión económica que tiene la feria de la Magdalena, la cifra es de 6,5 millones de euros de impacto en una semana, solo de consumo de la gente en bares, comercios, hoteles… Es tremendo el poco retorno que tiene el sector taurino con respecto a lo que se genera.

–En ese sentido, este año sí ha habido colaboración por parte de la Diputación, que una vez más ha mostrado sin tapujos su apoyo a una fiesta con tanto arraigo.

-Este año hemos llegado a un acuerdo de patrocinio con la Escuela Taurina, que evidentemente es un órgano que depende de la Diputación, por el cual, además de poder celebrar la Corrida de la Provincia con tres matadores que han salido de la escuela, se van a dar dos clases prácticas en la feria con la presencia de cuatro de sus alumnos. Es una feria con aroma absolutamente provincial si tenemos en cuenta a los cuatro matadores en activo que ya han sido anunciados, cuatro chavales de la escuela y una ganadería de la tierra, la de Pedro Jovani.

–¿Cómo es el toro de Castellón? ¿Cree que ya se ha encontrado ese punto idóneo?

-Depende del año. Hay temporadas en las que las corridas llegan un punto por encima y otras en las que llegan un poco por debajo. Castellón es una feria muy temprana que normalmente va antes que Fallas, y eso no ayuda. Nuestro toro ideal sería el que rechazan en una plaza de primera como València, pero claro, el ganadero que tiene corridas preparadas, que no son muchos en estas fechas, los reservan para València y Sevilla, entonces es complicado tener el cartel que uno desearía. Al final, uno recurre a las siete ganaderías de siempre. No creas que hay más animales preparados para esta época.

–¿Para cuándo un ‘no hay billetes’ en Castellón?

-Ojalá sea en esta feria. Hace dos años estuvimos a solo 600 entradas de hacerlo, con Roca Rey, así que cada vez nos acercamos más. Este año me gustan mucho todas las corridas. Creo que el día de la Magdalena puede haber una sorpresa en cuanto a público, seguro que hay más gente de la que esperamos, no solo por el tirón de los toreros de la provincia sino por el atractivo de Adolfo Martín. El jueves habrá una entrada muy normal porque hay que tener en cuenta que es un día laborable, pero viernes, sábado y domingo habrá muy buena respuesta en la taquilla, como el año pasado, porque las tres corridas tienen mucho interés, son tres carteles muy rematados.

–No quiero finalizar sin felicitarle por el 20º aniversario de su alternativa

-Muchas gracias. Lo recuerdo como si fuera hoy, con ese miedo que pasé. Ahora se pasa mucho menos como empresario. El miedo que pasa un torero solo lo sabe un torero.

Entrevista publicada en Mediterráneo el 10/02/2019

 

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